domingo, 29 de abril de 2012

Nunca debemos renunciar...

Era muy pequeño cuando su madre Alejandra murió, apenas once años, quedó junto con su hermanito , su padre y una tía que los cuidó.
La pena fue enorme. Pero pese a todo la vida debía continuar, la adolescencia comenzaba sin la presencia de su mamá, que ya no estaba.
Más tarde cinco años después la vida volvió a ser muy dura, como suele ser  a veces, perdió a su padre Ladislao, en un invierno frio y ese año mas gris que nunca. De este recuerdo amargo conservó siempre una fotografía donde se lo veía llevar la manija del cajón el día del entierro.
Ahora si que este joven estaba solo, su hermano era un año menor y ambos continuaron viviendo con su tía Carolina quien se hizo cargo de ellos.
Pese a todas las desgracias Lope, tal era su nombre, seguía soñando .Es que es muy difícil robarle los sueños a la juventud.
Estudiaba en el Otto Krausse una de las mejores escuelas técnicas públicas, del Buenos Aires de entonces, de la década del treinta. Era muy buen estudiante, el mejor promedio de su promoción.
Las matemáticas, las ciencias, en especial la Física y la electricidad, eran su pasión.
Sus amigos conformaban un grupo de fanáticos por la ciencia, el conservó a estos amigos para siempre, pues para Lope sus amigos eran muy amados, no brindaba la amistad a cualquiera. Por supuesto que consideraba obligación respetar a todo el mundo, pero la amistad se da con el corazón, y sin esperar nada a cambio.
Los amigos de la escuela y de la universidad, eran una mezcla rara, algunos mucho mas  mayores que Lope, entre ellos Romero Carranza uno de los "locos de la azotea" que años antes, realizaron la primera transmisión radial en Argentina.
En 1920 el 27 de agosto, cuatro jóvenes Luis Romero Carranza, Enrique Susini, Miguel Mejia y Cesar Guerrico ,transmitieron desde un edificio cercano al teatro Coliseo de Buenos Aires "Parsifal" de Richard Wagner. La transmisión duró aproximadamente tres horas, fue escuchada con gran calidad en Brasil, en alta mar y por supuesto en Buenos Aires por aquellos pocos que tenían radiorreceptores.
Estos muchachos se habían inspirado en el premio Novel de física de 1009
Guglielmo Marconi.Marconi quien había visitado la Argentina para el festejo del centenario de la Revolución de Mayo 1910.
Durante su estadía Marconi, instaló una estación radiotelegráfica en Bernal, ciudad vecina al sur de Buenos Aires. Desde allí se comunicó con éxito con Canadá y con Irlanda.
Estos sucesos fueron los que impactaron en estos jóvenes pioneros.
Mucha influencia en la elección de su carrera profesional tuvo Lope de parte de su tío Otto Maveroff, quien era ingeniero egresado de la Sorbona y también Marino, fue  uno de los tripulantes,  que concurrieron a bordo de la Corbeta "Uruguay", al mando del almirante Juan Irizar, a salvar a los náufragos de una expedición antártica de Otto Nordenskjold, que habían quedado varada en la Antártida.
Esta misión terminó con éxito, hay que destacar la pericia de su capitán y los tripulantes de esta "cascarita de nuez" que era la corbeta que desafió a los hielos de los mares del sur...
Este tío, hombre de gran autoridad  en la familia, era casi un patriarca, sus indicaciones eran "palabra santa", a tal punto que su hijo Alejandro Maveroff quien quería estudiar ingeniería, estudió Arquitectura por mandato paterno.
Por supuesto que nadie se atrevía a contradecirlo .Pero el joven Lope no era rebelde aunque si era un muchacho determinado y seguro de sus proyectos.Por eso un día de verano luego de almorzar en casa de sus tíos, le dijo a su tío que pensaba estudiar ingeniería.
 En realidad lo que Lope no pudo terminar de contarle a su tío, era la admiración que por el sentía que le hacía en parte elegir esta carrera.
No pudo decírselo porque , su tio no le permitió ni siquiera soñar con estudiar, le indicó fríamente, que debía trabajar, dado que su situación económica no le permitiría completar los estudios, tenía que trabajar duro para mantenerse.
Lope, no dijo nada, dejó que su tío le indicara el camino a seguir, pero como siempre me enseñó, si hago lo correcto no debo temer. Es así que Lope, se inscribió en la Universidad en la carrera de Ingeniería, especialidad electricidad y se presentó a los primeros exámenes.
Pasó el tiempo, que siempre como la vida, da revanchas, y nuevamente visitó la casa de sus tíos, claro que esta vez no pidió permiso para estudiar. Luego del almuerzo conversó con su tío, a quien le mostró la libreta universitaria con las notas de sus primeros exámenes, por lo que el tío Otto le felicitó y lo instó a seguir estudiando.
Lope fue un destacado ingeniero, entre sus obras están la usina del puerto de Mar del Plata, la usina que daria luz a la ciudad de Córdoba,la línea de alta tensión de San Nicolás, ferrocarril Belgrano y muchos otros servicios para la Argentina. Con una conducta que él resumía con esta frase : "yo puedo apoyar la cabeza en la almohada y dormir tranquilo"
Muchos años más tarde mi padre Lope, me enseñó cuando yo era muy chica, contándome este relato , que: " nunca debemos renunciar a nuestros sueños..."

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