Una playa, el mar, la arena, la espuma, el horizonte. El agua jugando con la costa, se acerca descansa y se regresa a lo profundo del mar que la reclama. No se atreve a dejarlo o no lo intenta solo llega hasta la playa de visita, se queda un rato para mojar la arena que lo espera luego se marcha lentamente está visita jamás se interrumpe . Mientras lejos el horizonte la reclama y el agua renovando su apuesta a la esperanza luego de nutrirse en la costa termina su descanso y vuelve hacia el horizonte que le brinda la esperanza que necesita para seguir su rumbo para seguir buscando la libertad de ser y hacer su viaje.
Ale, 23/11/24 Buenos Aires.