sábado, 21 de enero de 2012

Chile.-



Una vez en el pueblo,luego del tour,habíamos ordenado la cena en un pequeño restaurante.
Nuestra mesa,ubicada a un costado del salón,lejos de los otros clientes,
era cómoda...
Mientras esperábamos la comida, bebíamos cerveza.
Nuestras mutuas presencias,hablaban sin palabras,sabíamos que con estar así, en compañía,estábamos construyendo un diálogo para hacer honrar el misterio de la amistad que nos había reunido.
El silencio era profundo,sin signos de impaciencia,por parte de nadie.
Yo había dejado de lado toda idea preconcebida y el hacer algún comentario vano.
"Raro en mi",me había sentido inclinada también,a guardar silencio...
Es que esa tarde,habíamos compartido,unos paisajes esplendidos.
Que ahora estaban en mi,estos había invadido mi alma y seguramente por mucho tiempo,no podría olvidar esos lugares cubiertos de sol y árida naturaleza.
En el desierto encontré un silencio,que nos hablaba a cada paso,de inmensidad y de fintud.
Había descubierto un tesoro.
El que durante años había permanecido allí,quieto,esperando por nosotras,esperando, ese día ,el día de nuestra llegada...

Bs.As.21-01-12AluC.G.M.P.Peyrán.-

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