domingo, 27 de mayo de 2012

Cuento Sufi.-


El desapego de uno mismo

Todos hemos oído hablar de Hz. Shibli, quien fue discípulo de Hz. Junayd de Bagadadi. Este santo, además de ser muy devoto en sus prácticas, tenía la fama de hablar de manera muy suave y directa.

Cierta vez le preguntaron a Hz. Shibli como había entrado a este Camino, que lo había influenciado. A esto, respondió de manera muy directa: "Mi primer maestro fue un perro".

Por supuesto que cuando dio esta respuesta, la gente que lo estaba escuchando comenzó a sonreír pensando que lo que estaba diciendo era una broma.

"No, no es una broma. Una vez vi a un perro al borde del lago. Este perro estaba muy pero muy sediento, casi se moría de sed. Pero cada vez que se acercaba al agua veía a otro perro que lo miraba, por lo que se retiraba con precaución. Y así iba y volvía, y nuevamente se encontraba con ese perro que lo estaba mirando. Finalmente, enloquecido de sed, decidió simplemente atacar a su enemigo y se lanzó de lleno al agua. Al hacerlo vio que su enemigo desaparecía inmediatamente, que no estaba mas".

Al desvanecerse este perro frente a sus propios ojos, Hz. Shibli se dio cuenta que el obstáculo que existía entre el perro y su deseo, (el de tomar agua), era él mismo. Y Shibli observando toda la situación, se dio cuenta que el único obstáculo que existía entre él y su deseo (que no era otro que Allah) también era él mismo.

Para poder alcanzar a Allah, comprendió que debía desapegarse de sí mismo.

Allah nos dice: "Aléjate de ti y Ven hacia Mi".

El mas mínimo apego que tengamos a nosotros mismos, al “yo”, son cadenas que nos atan a la tierra.

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