miércoles, 24 de enero de 2024

A veces.

 A veces hago silencio cuando los otros no tienen nada que contar. Es preferible que volvamos a la alegría, a la poesía, a la copla con sus diversiones y sus encantos, que volvamos a la ingenuidad y a la sabiduría. Todos tenemos nuestros tesoros personales, hasta el mas simple de los hombres tiene su propia  riqueza que se multiplica cuando se comparte. De aquellos que estuvieron conmigo siempre me queda algo, una palabra, un gesto, una sonrisa, una señal. Claro que vez en cuando hay que actualizarse, hay que cambiar porque tenemos que ser flexibles para alivianar el cansancio del camino y dejar en la banquina (a un costado) la locura del ritmo cotidiano con sus mensajes ajenos y nuestros afanes ingenuos. Debemos dejarlos sin temores porque con miedo no puede ser. Entonces de esta forma atrevernos a arriesgarnos a cada paso para encontrarnos con nosotros mismos y descubrir la seguridad que brinda la libertad tan anhelada. Ale, 24-01-24, Buenos Aires.

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