sábado, 25 de abril de 2020

Finalmente.


Finalmente no estamos tan lejos...
Con esto de la cuarentena han ido apareciendo de a poco en la pantalla del iPad  todas las compañeras de la escuela, Josie, Silvia, Ana María, Laura, en fin, no sigo porque tú ya conoces bien toda la lista.
¡Por cierto habíamos estado por tantos años tan ausentes!
¿De quién fue la idea de reunirnos ? No sé... creo que fue Silvia, siempre tan conciliadora ella.
Algunas de nosotras desparramadas en el ciberespacio, estábamos en contacto según nuestros gustos afines, por ejemplo Ana y yo nos conectamos desde hace tiempo porque ambas escribimos...
¡Qué bueno¡ esto de reencontrarnos en esta cuarentena dónde parecería que el miedo nos retiene dentro, ¿será acaso está la mejor forma de vernos?
Me entusiasma saber que existen dentro de nuestras almas los recuerdos, de hechos y vivencias  que nos forjaron para luego vivir nuestras vidas. Más hoy estos nos permiten un pequeño diálogo lo que desde siempre considere es seguir en crecimiento.
Un diálogo digo no sin reparos de mi parte y no por desconfianza, sino porque yo se lo pienso; “que nosotras las de entonces, hoy ya no somos las mismas”.
Pero sigamos con lo del encuentro lo veo así, morir es no tener proyectos y es en ellos que nos fortalecemos. Oye esto que pienso y me parece fundamental , nunca hay olvidar que nadie puede quitarnos los sueños, “nadie a nadie”, “puede ni debe” y “nunca debemos permitir que alguien intente adueñarse de nuestro futuro”. Por eso mi disgusto con este forzoso encierro, pero sigamos.
Lo he pensado así desde siempre, desde los tiempos en que deje de ver a las chicas desde cuando salimos de la escuela,  ya lo tenía yo claro.
A lo mejor sin tanto analizarlo, pues era más joven, simplemente por ser como yo soy que me gusta ser libre. Tanto que sin más siempre me opuse a ese rol que la sociedad impone a todos sin distinción es que me preguntaba:¿ Por qué he de cumplir con el deber de completarme...Si yo ya estoy completa, ya soy como soy y en camino a quien quiero ser...?
¡Ah!!! cuánto valioso se ha perdido de este mundo satisfaciendo requisitos impuestos, cumpliendo roles, ocultando realidades, negando libertades individulidades y lo peor que muchas de estas pérdidas han sido consentidas, aceptadas, aparentemente elegidas por propia voluntad, en realidad sin ver que ha sido impuestas...
El afuera no debe mantenerte dentro y la obediencia existe porque sabemos de desobediencia.
Es como la alegría existe porque existe el llanto.
Por suerte puedo jactarme de mis equivocaciones de mis errores y de mis elecciones.
Nadie más que yo he florecido y me he marchitado según mi hacer y mi pensamiento y cada vez más según pasaba el tiempo. Es más, fue para mi un placer la fidelidad y también el marcharme de un sitio con  decoro, cuando sentí que ya era el tiempo y no pertenecía a ese lugar, si bien debo reconocer que cuando me encuentro a gusto me afinco de tal manera que a vueltas me cuestiono si es que debo hacerlo así porque exagero.
Más él marcharme cuando no estoy contenta ha sido como te digo, mi placer y mi ejercicio de la libertad que es estar viva. La mayoría de las veces que me he ido con una mano atrás y otra adelante, solo he cargado en mi los recuerdos.
Una pequeña satisfacción que bien se que no oculta mis errores, pero que por fortuna me hace dueña de ellos.
Ale, Buenos Aires, 25 de abril de 2020

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