Treviso Osteria alla Grotta.
Una mesa junto a la ventana, que da a una callecita antigua. La única mesa que quedaba.
La música insistente que repite: “... y tu bendita presencia comandante Che Guevara...”
El escenario es antiguo, muros de ladrillo, techos abovedados que encierran un encanto que me agrada, que me atrapa,que alegra, ¿será que este marco potencia mi alegría por estar con vos?
Una fotografías se exponen sobre nuestras cabezas, el blanco y negro muestra a los obreros trabajando, hombres junto a niños que estáticos plasmados en las imágenes permanecen sin crecer. Aunque uno de los pequeños, pícaro mira hacia la cámara y esboza una sonrisa.
La música insistente que repite: “... y tu bendita presencia comandante Che Guevara...”
El escenario es antiguo, muros de ladrillo, techos abovedados que encierran un encanto que me agrada, que me atrapa,que alegra, ¿será que este marco potencia mi alegría por estar con vos?
Una fotografías se exponen sobre nuestras cabezas, el blanco y negro muestra a los obreros trabajando, hombres junto a niños que estáticos plasmados en las imágenes permanecen sin crecer. Aunque uno de los pequeños, pícaro mira hacia la cámara y esboza una sonrisa.
Frente a mí la mesa simple de madera clara,una heladera cuyo vidrio muestra los vinos junto a un vaso repleto de limones, me surge una pregunta:¿Cuántas personas no comerán hoy mientras nosotras disfrutaremos nuestro almuerzo?
Ale, Treviso, 12-10-17
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