Uno se despide insensiblemente
de pequeñas cosas
lo mismo que un árbol en tiempo de otoño
muere por sus hojas.
Al fin la tristeza es la muerte lenta
de las simples cosas
de esas cosas simples
que quedan doliendo en el corazón.
Uno vuelve siempre a los viejos sitios
en que amó a la vida
y entonces comprende
como están de ausente las cosas queridas.
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