Claro que los timoratos, los miedosos si despertamos
y nos atrevemos nos tildarán de desequilibrados.
y nos atrevemos nos tildarán de desequilibrados.
Más ¿ a quién le importa el juicio de los tibios?
“Cuando termine esto que escribo
pienso seguir haciendo lo que estaba haciendo hasta hace un rato,
lo que tengo entre manos”.
pienso seguir haciendo lo que estaba haciendo hasta hace un rato,
lo que tengo entre manos”.
No puedo temer a la vida y olvidarme que “es posible”,
que aunque pierda equilibrio seguramente soportaré la caída
apoyando mis manos en el piso o tal vez las rodillas o quizás las caderas,
pero ¡he de poder! permitiéndome rodar si fuera necesario
para subir luego y así alzarme como lo hacen los niños
que retoman el juego y no temen seguir...
¡Ah quien pudiera entenderlo! Y no temer.
Que la vida es difícil y que nada está escrito.
La escribimos a diario
y ese es el milagro por el que siempre rezo.
Conservar la alergia, no detenerme nunca hasta el último aliento,
para así poder decir un día que he vivido...
Ale, Buenos Aires, 04,05,20.