Detrás de los grandes éxodos
está la fuerza que nos conduce
a vivir sin miedo,
sin que nadie nos diga cómo pensar,
a quien amar y a qué santo rezar.
Por la libertad,
se cavan túneles, se abordan balsas,
se trepan muros y se inventan caminos
que a veces sin querer nos conducen
a la muerte pero lo hacemos por darle
sentido a haber vivido.
Por esto debemos vivir
y es por lo único que debemos morir
Para vencer al odio y a los fantasmas
que nos excluyen y así enfrentar
los dogmas inventados por quienes
nos prefieren ignorantes.