Aquí yace una pobre mujer
que se murió de cansada.
En su vida no pudo tener jamás las manos cruzadas.
De este valle de trapo y jabón me voy como he venido,
sin más suerte que la obligación, más pago que el olvido.
Aleluya, me mudo a un hogar donde nada se vuelve a ensuciar.
Nadie me pedirá de comer en mi última morada,
no tendré que planchar ni coser como condenada.
Cantan ángeles alrededor de la eterna fregona
y le cambian el repasador por una corona.
No lloréis a esta pobre mujer porque se encamina
a un hogar donde no hay que barrer, donde no hay cocina.
Aleluya, esta pobre mujer bienaventurada ya no tiene más nada que hacer,
y ya no hace nada
María Elena Walsh
En su vida no pudo tener jamás las manos cruzadas.
De este valle de trapo y jabón me voy como he venido,
sin más suerte que la obligación, más pago que el olvido.
Aleluya, me mudo a un hogar donde nada se vuelve a ensuciar.
Nadie me pedirá de comer en mi última morada,
no tendré que planchar ni coser como condenada.
Cantan ángeles alrededor de la eterna fregona
y le cambian el repasador por una corona.
No lloréis a esta pobre mujer porque se encamina
a un hogar donde no hay que barrer, donde no hay cocina.
Aleluya, esta pobre mujer bienaventurada ya no tiene más nada que hacer,
y ya no hace nada
María Elena Walsh
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