Cuando escribo tomo conciencia que estoy haciendo una tarea que no tiene final. Se trata de un trabajo cotidiano aunque a veces lo que escribo sea solo para mi o tal vez vaya a parar al tacho de los papeles. Me encuentro entre líneas, soy sensible, y se que me escondo entre las oraciones que escribo, no digo que invento porque en esas letras estoy escondida aunque quienes lean las poesías crean que están leyendo un invento o una creación. Lo cierto es que estoy allí en los paisajes y sucesos que describo están los colores que recuerdo. Están mis percepciones y propuestas, seguramente también están presente mis olvidos y es por eso que se que allí no se hallan todas mis vivencias.
Ale, Buenos Aires, 30-07-22
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