Para poder reiniciar el viaje tuve que recordar los pasos dados
antes de detenerme.
Buscar la ros de los vientos para adentrarme de nuevo
en la belleza del desierto, escuchar los silencios,
reconocer las piedras, descubrir los matices y
lograr las alturas escalando prudente.
Para poder entender,
tuve que recrear aquellos paisajes, que hasta entonces
diligentes, me permiten hoy entender y ser paciente.
Nadie me ha dicho saber las respuestas pero yo se que
solo quienes me amaron comprendieron mis modos
y de esa forma me enseñaron todo.
Ale, Buenos Aires, 06-04-22
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