Ayer todo era verde y el sol brillaba sin cesar.
Los pájaros cantaban desde lo alto
de la Torre de agua,
habían encontrado bajo el tanque
el techo donde fijar su residencia.
Hierros marrones pero firmes
eran los pilares que sostenían las ramas
donde dormían y se protegían de la lluvia y el viento.
También del sol se protegían,
parecería que la torre de agua
había cambiado su función
y en vez de almacenar solamente el agua
servía de refugio para que quienes vuelan
reposen sus sueños.
Ale, Buenos Aires 15-1020.
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