“De pronto yo estaba ahí en el cuarto del ingeniero, rodeada de reglas de cálculo, variadas de diversos colores, tamaños y materiales. Me dijo que las coleccionaba recordando a su padre que también había sido ingeniero y que desde niño lo vio usándola siempre a cada rato.
En esos tiempos no existían las calculadoras ni los celulares ni los iPads, así que para hacer cálculos debían utilizar el cerebro...
Me pregunte entonces si yo también iba a tener que comenzar a calcular”. Ale, Buenos Aires, 17-03-2018.
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