Una vez que el poema estaba escrito sin querer ni tener otro propósito
que el escribir sus letras,
me di cuenta, que mientras lo escribía estaba buscando el infinito...
Y retrataba aquello que era vida, la libertad, el gozo, la alegría, eso que era
el encontrarme para dar aquello que dentro yo tenía.
Logré entonces verme contenida en la confianza al dar amor y recibir paciencia.
Nada mas calmo que escuchar así la melodía ver como en ella se reflejan las almas.
Luego comprendí que no hay nada mejor que seguir el camino
sin aferrarme a eso que puede ser el ancla que me detenga en el camino.
Nada es mejor que hacer el viaje con poca carga, nada es mas bello pues
que sorprenderse cada día con el alba y comprender que cada despertar es uno.
Y escuchar en silencio los sonidos de vida, disfrutar y permitirnos ser vulnerables
a lo bello...
Y a la musica al descubrir su suavidad y fuerza esa que nos conmueve hasta empujarnos
a sentir que existe el alma.
Nada mas bello que recrear las melodías desde el mas suave ritmo que ellas marcan
y ser felices solo por ser capaces de escucharlas.
Y así escribir una a una las letras del poema sin mas idea que escuchar como suenan
afuera las palabra.
Sin mas propósito que hacer gozar a tu alma al compartir contigo mis palabras.
Buenos Aires, 12-07-15 Ali.
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