Fue un proyecto magnífico, pensamos desde un comienzo.
Poner esa obra en el escenario, compenetrarnos íntimamente con los personajes, conocer del autor las letras, con ellas alcanzar sus sentimientos y lo que pensaba al escribirla. Todo esto solo lo lograríamos al internarnos en el argumento.
Recuerdo que fueron días de profundo éxtasis en el trabajo y en la lectura.
Pero también fueron momentos de descubrimientos al conocer la trama que ante nosotros se desplegaba y se mostraba...
Sabíamos de antemano que era una ardua tarea la que debíamos enfrentar en cada ensayo, palabra tras palabra, frase tras frase, línea tras línea.
Por otro lado también, era un desafío contra el tiempo, pues el reloj como es sabido, no se detiene y fue necesario no solo aprender la letra sino también cargarse en la piel los personajes para poder representarlos.
¡Cuánto trabajo! y ¡cuánta alegría compartida!
¡Qué buen equipo conformamos en esos días previos al debut!.
Nada tan parecido a los entrenamientos previos al gran juego, cuando se ajustan los equipos y se organizan las funciones de cada uno de los jugadores...
Y el día del estreno, llegó por fin, entonces al salir a escena tuvimos que sabernos fuertes, confiar en que podíamos, ajustar el tono de nuestras voces y enfrentar el silencio de la sala que esperaba, allí frente a nosotros.
¡Que gran escuela es el teatro que nos permite en un momento, aprender esta lección para toda la vida!
Siempre es asì , es el teatro el que copia con la ficción parte de la realidad que nos rodea.
Bien, digo siempre es de este modo, hay que salir confiado a escena a dar lo que hemos aprendido, porque el tiempo de ensayo ha terminado, entonces es hora de actuar y dejar atrás los miedos...
Bs.As.20-09-14 Alu C.G.Maveroff P.Peyràn.-
Poner esa obra en el escenario, compenetrarnos íntimamente con los personajes, conocer del autor las letras, con ellas alcanzar sus sentimientos y lo que pensaba al escribirla. Todo esto solo lo lograríamos al internarnos en el argumento.
Recuerdo que fueron días de profundo éxtasis en el trabajo y en la lectura.
Pero también fueron momentos de descubrimientos al conocer la trama que ante nosotros se desplegaba y se mostraba...
Sabíamos de antemano que era una ardua tarea la que debíamos enfrentar en cada ensayo, palabra tras palabra, frase tras frase, línea tras línea.
Por otro lado también, era un desafío contra el tiempo, pues el reloj como es sabido, no se detiene y fue necesario no solo aprender la letra sino también cargarse en la piel los personajes para poder representarlos.
¡Cuánto trabajo! y ¡cuánta alegría compartida!
¡Qué buen equipo conformamos en esos días previos al debut!.
Nada tan parecido a los entrenamientos previos al gran juego, cuando se ajustan los equipos y se organizan las funciones de cada uno de los jugadores...
Y el día del estreno, llegó por fin, entonces al salir a escena tuvimos que sabernos fuertes, confiar en que podíamos, ajustar el tono de nuestras voces y enfrentar el silencio de la sala que esperaba, allí frente a nosotros.
¡Que gran escuela es el teatro que nos permite en un momento, aprender esta lección para toda la vida!
Siempre es asì , es el teatro el que copia con la ficción parte de la realidad que nos rodea.
Bien, digo siempre es de este modo, hay que salir confiado a escena a dar lo que hemos aprendido, porque el tiempo de ensayo ha terminado, entonces es hora de actuar y dejar atrás los miedos...
Bs.As.20-09-14 Alu C.G.Maveroff P.Peyràn.-
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