La primera palabra, fue pintar
con los ojos cerrados tu presencia.
Extraño me parecía en un comienzo,
encontrarte lejos, teniéndote tan cerca.
Pues al mirar la hora, descubría el sitio,
y sin gran esfuerzo lograba saber
a dónde estabas, aunque entonces,
ambos no coincidían entre ellos...
Pero este pseudo error, que no era tal.
Me permitía sin más, en un instante,
conocer donde tu eras...
Los que para mi, seguían siendo enigmas eran:
¿Cuál era tu apuro para ir a dónde iban
tus sueños? ¿Porqué?
¿Qué era lo que apuntalaba tu empeño?
¿En nombre de quien o que, se iniciaba
entonces este diálogo?
¿Con que colores se pintaban las palabras?
Bs.As.22-12-14 Alu C.G.Maveroff P.Peyrán.-
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