"Háblame cuando estoy en silencio, que es cuando te necesito".
No se trata solamente de oír, sino de escuchar...
Para disfrutar de la música y de la vida,
para que la vivencia sea más rica,
debo presta mi atención.
Si me detengo, me brindo,
me concentro, podré al darme recibir más,
nutrirme adecuadamente.
Entonces seguramente
disfrutaré con plenitud de lo escucho.
Es la entrega, la que me permite recibir...
Sabido es que:
"Incluso los intervalos de silencio entre sonidos,
pueden hacernos disfrutar".
Tanto es así, que para escuchar la música,
debo adueñarme de los silencios,
sin ellos tampoco la música existiría...
Bs.As. 17-12-13Alu C.G.Maveroff P.Peyrán.-
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