Basta solo una palabra,
la de su nombre,
para hacer resurgir a la rosa.
La memoria enseguida la descubre,
el prodigio se produce a través de ella,
una palabra que al nombrarla,
hace aparecer a la rosa, en un instante.
La descubro...
Como si las palabras recordaran mi humanidad vivida,
el mundo abre sus puertas y ve,
como si por primera vez fuera pensada,
la imagen de la rosa que, admiré un día
y que ahora llega más allá del tiempo.
Ella era así,
venía siendo así de bella
y será así siempre así ...
Como hoy la veo,
mucho más allá del propio tiempo...
Bs.As.14-04-12AluC.G.M.P.Peyrán.-
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