jueves, 28 de marzo de 2013

El viaje.- Mary Oliver.-

Un día por fin supiste/lo que tenías que hacer, y lo empezaste,
aunque voces a tu alrededor/insistían en gritar
malos consejos,/aunque toda la casa/se puso a temblar
y sentiste el viejo tirón/en los tobillos./“¡Arréglame la vida!”,
gritaba cada una de las voces./Pero no te detuviste.
Sabías lo que tenías que hacer,/a pesar de que el viento levantara
con sus dedos rígidos/hasta los cimientos mismos,
aunque su melancolía/fuese tremenda.
Ya era bastante tarde/y era una noche espantosa
y la carretera estaba llena/de ramas y piedras caídas.
Pero poco a poco,/a medida que dejabas atrás sus voces,
las estrellas comenzaron a arder/a través de las capas de nubes,
y se oyó una nueva voz/que lentamente
reconociste como tu propia voz,/que te hacía compañía
mientras te adentrabas más y más,/en el mundo,
decidido a hacer/la única cosa que podías hacer
decidido a salvar/la única vida que podías salvar.


 THE JOURNEY
One day you finally knew/ what you had to do, and began,/ though the voices around you/ kept shouting/ their bad advice/ though the whole house/ began to tremble/ and you felt the old tug/ at your ankles./ “Mend my life!”/ each voice cried./ But you didn’t stop./ You knew what you had to do,/ though the wind pried/ with its stiff fingers/ at the very foundations,/ though their melancholy/ was terrible. / It was already late / enough, and a wild night,/ and the road full of fallen/ branches and stones./ But little by little,/ as you left their voices behind,/ the stars began to burn/ through the sheets of clouds,/ and there was a new voice/ which you slowly/ recognized as your own,/ that kept you company/ as you strode deeper and deeper/ into the world,/ determined to do/ the only thing you could do/ determined to save/ the only life you could save.

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