domingo, 22 de mayo de 2011

Justicia.-



El comienzo del año no había sido muy bueno para Francois, el trabajo había sido mucho y el resultado pobre. En el pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires donde vivían el ritmo cotidiano era lento y pueblerino, nada ni nadie alteraba la calma. Todo iba muy despacio.
Fracois había llegado con toda su familia desde Monein, cerca de Pau y se habían afincado cómodamente en esta eterna llanura subtropical llamada Pampa.
Es que el verde y la inmensidad de la región, lo había atrapado, cuando la Pampa te abraza es como el abrazo de un amante, te brinda todo sin mayor compromiso y solo pide compartir los momentos...
Había trabajado el campo y ahora luego de unos años tenía una chacra de su propiedad
Vivía dignamente de su trabajo en forma honrada y familiar.
Sus dos hijos varones Florian y Marcel le ayudaban afanosamente en las tareas del campo, las labores de la casa: hilar, tejer, cocinar,hacer dulces, etc. las hacía Francoise su mujer y sus hijas que eran cuatro: Loise, Marie, Jeanne y Alice.
Un día un vecino se acercó a la casa de los Peyrán a hablar con Francois, le contó algunos problemas personales que tenía y le pidió si lo ayudaba económicamente pues necesitaba una suma importante de dinero 350 pesos.
Francois era un hombre ordenado y tenía unos pocos ahorros, por eso cuando Marcos el amigo le pidió ayuda no dudó en buscar el dinero y prestárselo.
Marcos le prometió devolver el dinero mes a mes y como era entonces, la palabra bastaba.
Los dos primeros meses Marcos pagó puntualmente los 20 pesos que había acordado con Francois, pero pasado ese tiempo nunca más devolvió nada y como dirían en el campo " no se le vio más el pelo ".
Pasado casi un año del último pago, Francois decidió acercarse al Juez de Paz del pueblo para reclamar el pago de la deuda.
El juez era un irlandés de apellido Fenney que ejercía como Juez de Paz y al mismo tiempo tenía un almacén de ramos generales que le ayudaba a sustentar a su familia.
Francois le explicó entonces al Juez su problema para cobrar el dinero, el señor Fenney le prometió hablar con Marcos para reclamarle el pago.
Así lo hizo sin obtener buenos resultados.
A la semana siguiente cuando Francois lo consultó sobre lo hablado con Marcos, en pocas palabras para resumir lo hablado el juez Fenney le dijo: "Marcos me ha dicho que no te puede pagar la deuda, que no tiene dinero y yo te digo que no le pidas más el dinero" y agregó muy serio: "el que nada tiene, con nada paga ".
Francois era un hombre de campo es decir práctico, por eso no dijo nada y se despidió del juez educadamente.
Subió al sulki y partió al trote para su casa.
A partir de esa entrevista Francois comenzó a comprar sistemáticamente en el almacén del juez, surtiéndose de cuanto necesitaba ( aceite de oliva, nueces, herramientas, azúcar, almendras, alambres, vino,etc).
Cada compra era religiosamente anotada en la libreta de fiados por la señora Amalia esposa del Juez Fenney, que atendía el negocio.
Luego de tres meses y cuando el monto de las compras ya era bastante abultado (cerca de los 310 pesos),como Francois no pagaba el señor Fenney se acercó a visitar la casa de los Peyrán, aprovechó este viaje para reclamar el pago de lo adeudado.
Fenney le dijo a Francois : "Oiga Peyrán sabe que la deuda del almacén ya se ha hecho muy grande, vengo a pedirle me pague lo que debe".
Entonces Francois se disculpó ante el juez diciendo: "Mire Finnney no podré pagarle, pues no tengo el dinero"; y muy calmo agregó: "y usted ya sabe el que nada tiene con, nada paga"...


Bs.As.22-05-11 AluC.G.m.P.Peyrán.-

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Recuerdos.

Recuerdos, esos que valen esos que quedan en el alma Recuerdos que no son solo eso, porque aunque si observas con detenimiento no están lejo...